La distancia entre nosotros.
Por la mañana he recibido un mensaje tuyo. No uno desde Facebook o WhatsApp, menos aún de Instagram o de alguna red social más. Me has enviado un texto, si si, ¡un texto!; ¿hace cuanto que no escribes un texto?, ¿lo habías notado?. Me preguntabas que es lo había entre nosotros, y yo, claro, con lo poco perceptivo que soy de ciertas cosas (el amor, entre otras) comencé a pensar en cada instante que mi mente podía recordar.
¿Que es lo que hay entre nosotros?, ¡Vaya pregunta!, quizás lo que hay son los jueves de rumba, viernes de crepas, sábados de Netflix y domingos astrománticos. Si si, debe ser eso, y algún fin de semana en que solemos disimular que llevamos años viviendo juntos, desayunos en la cama, comidas en pijama, cenas en la alfombra con alguna maratón de Stranger Things, no lo sé, quizás sean las conversaciones que nos vuelven críticos de cine o conspiradores paranormales, que resuelven el calentamiento global mientras toman un matcha (o que solo tomas tu, porque sabes que le detesto) y luego lo guardan en secreto, solo para nosotros. No lo sé, suelo creer que lo que hay entre nosotros son los mensajes de WhatsApp y Messenger que son al tiempo aunque hablen de diferentes cosas, mientras que en uno conversamos seriamente sobre algún viaje por hacer, en el otro cachondeamos sin pudor. Pienso que hay algo intangible, improbable, inimaginable. Porque me encantan tus llamadas repentinas, al mismo tiempo que las odio sin más. Porque pasa que te extraño las noches de miércoles pero no quiero saber de ti un lunes por la mañana. No quiero tu café pero si tomarlo contigo, no quiero tus buenos días entre semana pero si despertar a tu lado los domingos solo para volver a dormir. ¿Que si te quiero?, claro que si, pero solo a media semana, a veces después del medio día y hasta entrada la madrugada, y se que eso no es suficiente para ti. Pero, lo sabes (desde el inicio), a veces ni yo soy suficiente para mi.
Y eso es lo que hay de nosotros, la kilométrica distancia de este centímetro que nos separa.
¿Que es lo que hay entre nosotros?, ¡Vaya pregunta!, quizás lo que hay son los jueves de rumba, viernes de crepas, sábados de Netflix y domingos astrománticos. Si si, debe ser eso, y algún fin de semana en que solemos disimular que llevamos años viviendo juntos, desayunos en la cama, comidas en pijama, cenas en la alfombra con alguna maratón de Stranger Things, no lo sé, quizás sean las conversaciones que nos vuelven críticos de cine o conspiradores paranormales, que resuelven el calentamiento global mientras toman un matcha (o que solo tomas tu, porque sabes que le detesto) y luego lo guardan en secreto, solo para nosotros. No lo sé, suelo creer que lo que hay entre nosotros son los mensajes de WhatsApp y Messenger que son al tiempo aunque hablen de diferentes cosas, mientras que en uno conversamos seriamente sobre algún viaje por hacer, en el otro cachondeamos sin pudor. Pienso que hay algo intangible, improbable, inimaginable. Porque me encantan tus llamadas repentinas, al mismo tiempo que las odio sin más. Porque pasa que te extraño las noches de miércoles pero no quiero saber de ti un lunes por la mañana. No quiero tu café pero si tomarlo contigo, no quiero tus buenos días entre semana pero si despertar a tu lado los domingos solo para volver a dormir. ¿Que si te quiero?, claro que si, pero solo a media semana, a veces después del medio día y hasta entrada la madrugada, y se que eso no es suficiente para ti. Pero, lo sabes (desde el inicio), a veces ni yo soy suficiente para mi.
Y eso es lo que hay de nosotros, la kilométrica distancia de este centímetro que nos separa.
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