Signos

Solía escribirle cartas y poemas que nunca leyó, frases escritas en madera de árboles perdidos en bosques lejanos, bosquejos de sus labios pintados, acuarelas de sus ojos. Solía poner en fila sus palabras al viento, sus acentos, sus comas. Podía incluso colocar sus gestos alineados uno a uno y traducirlos como el griego antiguo. Solía llegar al fondo del pozo, aunque a ella le asustara, solía tocar las nubes en rascacielos, aunque a mi me aterrará. Solía guardar el tacto de sus dedos como claves en telégrafos; punto, guión, punto, guión, punto y coma, punto y aparte. El punto era el suspenso... Solía acentuar el borde de su falda, alargar la palabra, volverla esdrújula hasta llegar a su espalda. Y ella, solía decir mi nombre en mayúsculas, susurrar en minúsculas, separarme en silabas y luego deletrearme así sin mas. Siempre con signos de exclamación. Como si alguien se atreviese mandarle a callar sin razón.

Su palabra con sonante voz impactaba con mi boca asonante, su prosa afilada, mis versos en el filo. Solía tocarme en doble sentido. Plantearme interrogantes, colocarme entre paréntesis, llenarme de renglones. Solía hacer que su boca realzará mis vocales y me diere si's a borbotones...

Podía, a veces, dejar caer pequeñas pausas desde sus ojos, y borrar las palabras marcadas en sus mejillas, cayendo como tinta en sus piernas pálidas. Escribiendo en ellas. Dejando poco a poco tatuajes rotos. Formas y figuras que nunca entenderá el mundo, pero aprendí que no entender los signos es el punto...

Final.


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