Me llaman Octubre

Poco a poco siento como se va Octubre y no recibiste una sola carta mía, siento como el otoño se mete entre mis sábanas dejando caer las hojas de mi cuaderno al suelo helado. Y rechina la madera con cada paso. Tus pies descalzos de puntitas. Siento como el marrón y el naranja me tiñen el cabello, dejándome ramitas y nueces (y la tribu de ciervos me acepta como uno de los suyos). Siento el café de la mañana sentado en la ventana, endulzado de nostalgia. Siento tus besos en las colillas que dejaste en mi corazón de cenizas, y el olor a madera quemada en las mañanas de bosque. Escribiendo tu nombre en los árboles, por si me olvido de ti. Y se va Octubre, sin recibir un texto o una llamada. Se va y me deja las botas de montaña hundidas en el fango. Manchas en la alfombra, vacíos en el sillón, platos demás en la mesa, el amor tocando a la puerta y yo saltando por la ventana abierta. Así es Octubre, tus intrusiones y escapes de mi almohada. Octubre y su perfume. Octubre y las cosas que nunca te dije.

Me llaman Octubre, desde que solo hablo de ti.




Foto por Iris Mendoza
Siguela en Instagram: @iris33204

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